sábado, 20 de julio de 2013

Micro Reseña 56: "Pacto... ¡después de morir!", Curtis Garland


"Pacto... ¡después de morir!", de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; Selección Terror nº195, Bruguera, noviembre de 1976. Portada de Antonio Bernal).

¡Otro cuasi-pastiche sherlockiano! (O al menos, conandoyleano...)

Estamos en 1890 (aunque al principio del texto se insinúa, por medio de lo que es claramente una errata, que estamos en 1850). Un joven abogado e investigador amateur, Victor Talbot, asiste a una reunión en Kearney Castle, donde hace diez años tuvo lugar un doble crimen resuelto sólo a medias... y los invitados a dicha reunión son ¡los sospechosos de entonces!
Hasta ahí, tenemos un planteamiento a lo "Diez negritos" de Agatha Christie, ¿verdad? Pues no, porque los tiros van por otro lado, ya que la primera parte de la novela -la mejor parte, por cierto- narra con pelos y señales el viaje nocturno de Talbot a su destino, su encuentro con unos salteadores, la aparición de un hombre misterioso llamado Manfred Graham -cuya descripción nos recuerda remotamente a la de algunos justicieros oscurillos, como la Sombra- que le salva el cuello al joven investigador, y que le habla de su inminente muerte en Kearney Castle... y de la posibilidad de que regrese, tan sólo en espíritu, a resolver el misterio de ¿quién le ha matado a usted?
Y, obviamente, eso es lo que sucede...
Si a esta idea le añadimos el detalle de que el joven Talbot es primo (lejano, aseguran los personajes del texto) de Arthur Conan Doyle, de quien Victor ha heredado el gusto por los misterios, nos encontramos con una idea bastante curiosa o, cuando menos, interesante.
Sin embargo, la novela va perdiendo fuelle en cuanto el detective aficionado muere y queda en manos de los sospechosos, que se limitan a acusarse mutuamente, a desmayarse, a gritar porque creen que han visto al fantasma de Talbot...
No está mal; se desperdician muchas posibilidades -sherlockianas- y argumentales (ojalá Curtis hubiera aprovechado más a Manfred Graham, que es un gran personaje), pero en fin, tira que te va. Y la portada de Antonio Bernal me gusta mucho.

4 comentarios:

  1. Una de las variantes combinatorias clásicas policiales: el detective es el investigador, el detective es el asesino, el detective es "Watson"... el detective es la víctima :)

    Quizá la declinación más famosa del tema sea el largometraje D.O.A. de 1950.

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    1. "Con las horas contadas", se titula en castellano. Y no la conocía, Predicador... tiene una pinta cojonuda.

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  2. Nota pedante: la declinación más antigua y famosa es Edipo rey...

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Si tienes algún problema para comentar, escríbeme al mail sabadonegroalbacete@gmail.com. Soy Alberto López Aroca
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