sábado, 31 de agosto de 2013

Micro Reseña 76: "Ejecutores de Mundos, S.A.", Curtis Garland


"Ejecutores de Mundos, S.A.", de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; La Conquista del Espacio nº290, Bruguera, marzo de 1976; portada de Salvador Fabá. También en Ciencia Ficción nº17, Astri, 1987. Portada de Vicente Segrelles).

Siglo XXX: un hombre muere desintegrado a la puerta de la casa de la hija de su mejor amigo. Sus últimas palabras: Algo sobre el "W.K.I.", "hombres con ojos de oro" y "un cráneo negro". Como el cuerpo se convierte en nada, la chica no da parte a la policía, sino a su novio, que es un comercial agresivo y efectivo que sólo piensa en la pasta, y que en esos momentos se encuentra en Saturno cerrando un trato muy ventajoso para su empresa. A este caballero, que se llama Erik Lentz, eso de que un tipo se haya muerto delante de su novia le trae al fresco, pues él va a lo que va: la pasta. No obstante, cuando unas misteriosas "Escuadras Negras" se cargan al benévolo gobernante de las colonias saturninas y ponen en su lugar a un militar de ojos dorados, empieza a mosquearse... Y más todavía cuando, en su viaje a Júpiter para continuar con sus negociazos interplanetarios, sucede tres cuartos de lo mismo allí... Y a todo esto ¿quiénes son los sectarios que andan por todos los planetas predicando una nueva Religión Única y Verdadera? ¿Por qué cada vez que Erik visita un planeta, se monta allí la de Dios? ¿No va a poder hacer chanchullos tranquilo? ¡Tachán, tachán...!

Una brillante y muy, muy, muy sugerente portada de Salvador Fabá, junto con un prometedor prólogo del maestro Garland ("Esto es algo que quizá nunca llegue a suceder, por mucho que los tiempos y los planetas evolucionen. Ojalá sea así. Resulta improbable que tan demencial posibilidad se llegue a producir", nos dice Juan Gallardo), nos llevan a una novela muy flojita (por no decir mediocre) que no da lo que promete -una coalición universal de Amigos E Imitadores de Galactus-, sino un decepcionante misterio que transcurre en el siglo XXX, en diversos planetas colonizados por humanos en nuestro sistema solar, con una simplista trama de revoluciones internas sin demasiado fuste: si la idea era trabajar sobre la hipótesis de "una mafia-sindicato del crimen capaz de asesinar planetas enteros por encargo" (un planteamiento original, en mi opinión: ¿un Galactus a sueldo? ¡Me encanta!), todo se reduce a una organización villanesca que, en el mejor de los casos, Doc Savage habría podido cepillarse con un brazo atado a la espalda.

Vicente Segrelles le dedicó una segunda cubierta a esta novelita en la colección Ciencia Ficción de Astri, pero no hemos conseguido mejor calidad de imagen. (Y malditas sean las marcas de agua... ¿por qué narices las ponéis sobre imágenes que no son vuestras? Me parece de mal gusto, la verdad).


Ciencia Ficción nº17, Astri, 1987. Portada de Vicente Segrelles.
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viernes, 30 de agosto de 2013

Micro Reseña 75: "Un tigre, tres ingenuas", Peter Debry


"Un tigre, tres ingenuas", de Peter Debry (Pedro Víctor Debrigode; Servicio Secreto nº1032, Bruguera, mayo de 1970. Portada de Rafael Cortiella).

No soy yo muy de espías ni de James Bond, no. Al menos, no de espías maniqueos, de esos que trabajan para los buenos y saben que la patria es lo primero, y que el enemigo es tan malo que su gobierno, haga lo que haga, SIEMPRE tiene razón (ver "El Soldado Desconocido" de Garth Ennis y Killian Plunkett).
Por eso me ha gustado tanto esta novela del maestro Debry...

Stuart Stiger, "el Tigre", es un eliminador del M.I.6 inglés. De jovencito no terminó de cansarse de la guerra (se le daba bien eso de matar), así que cumplido su compromiso con el ejército y, a falta de un oficio al que dedicarse en la vida civil, su coronel le dijo: "Será usted como un soldado en primera línea, pero sin uniforme. Y cumplida una misión, la olvida. Será un servicio a la patria".
"Un tigre, tres ingenuas" es una novela de diálogos. De diálogos de los buenos. Diálogos para recordar, como el mejor Hammett, el mejor Elmore Leonard, o incluso el mejor Frank Miller (últimamente tan denostado, no sólo por su obra, sino porque es un bocazas). Y como sucede en las novelas negras de Peter Debry, no hay moralina ni moraleja: el protagonista es un hijo de perra asesino que no pregunta si el tipo al que tiene que matar es mejor o peor persona. Porque es un profesional. Posiblemente, el mejor del M.I.6. Y por eso mismo, se ha ganado un buen número de enemigos, tanto en su propio bando como en el contrario.
No voy a desgranar ni siquiera mínimamente la sinopsis de esta deliciosa y cínica historia sin héroes (el protagonista es, definitivamente, un criminal antipático), puesto que ya hay un pequeño resumen en el blog "Peter Debry, padre de la novela negra española". (Pero no leáis esa reseña entera, porque os destripa el final... ¡leed sólo la mitad!)
Me limitaré, por tanto, a recomendaros que busquéis como locos las novelas de Debry y a que luego me contéis si este autor tenía motivo alguno para envidiar en algo a los autores consagrados de habla inglesa... Y también os recomiendo que, si cae esta novelita en vuestras manos, leáis con atención (y con algo de alcohol a mano, quizá un cóctel, algo que, según los adversarios del Tigre, ya estaba pasado de moda en 1970; el lector de mundo se habrá dado cuenta de que, en los últimos tiempos, el público acaba de descubrir el gintonic) los primeros capítulos de la novela, el brillante prólogo con los dos villanos (tan villanos como el propio Stiger, ni más ni menos), y la magnífica y muy cinematográfica secuencia del yate... (Y recordad que, de vez en cuando, es conveniente cambiar de loción de afeitado. No todos tenemos el olfato de Stiger).

miércoles, 28 de agosto de 2013

Lem Ryan, mitógrafo creativo

Un montón de obras de Lem Ryan desde 1982. Faltan unas cuantas para completar el mosaico...

El nuevo proyecto de Lem Ryan, que sólo se hará realidad con el apoyo de los lectores.

Con motivo del crowdfunding para publicar "LA FRATI NIGRA", la nueva novela del veterano escritor Lem Ryan, voy a airear este articulito que publiqué hace unos meses en mi blog sherlockiano-mitográfico creativo, y que creo que aquí viene que ni pintado.
A continuación podrán leer ustedes una síntesis de la vida y obra (sobre todo esto último) de Ryan, y les recomiendo encarecidamente que pasen y visiten el crowdfunding de LA FRATI NIGRA y lo apoyen:

(Podrán ustedes conseguir, además de la nueva novela de Lem Ryan, la reedición exclusiva de su mítica novela "Cazadores de vampiros", y la edición definitiva de su novela cthulhuiana perdida "Katham y las sombras del caos"...)

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Lem Ryan (Francisco Javier Miguel Gómez; Barcelona, 31 de agosto de 1965) es uno de los epígonos de la Era del Bolsilibro en España. También es un autor francamente insólito, no sólo porque empezó a trabajar como escritor profesional a la corta edad de 17 años recién cumplidos (para Ediciones Ceres, con su novela ...Y ella le avisó, Héroes del Espacio nº123, agosto de 1982; ¡menudo regalo de cumpleaños debió ser ver su primera novela publicada!), o el hecho de que su carrera se viera truncada prematuramente por la caída del gigante Bruguera (que supuso el final práctico —seguido de algunos estertores como Astri, o la continuista Ediciones B, que se limitó a reeditar material de Bruguera— de las novelas de a duro) mientras estaba haciendo el servicio militar, sino por su osadía en los argumentos.
Y es que Lem Ryan era, aunque quizás no lo sabía entonces, un mitógrafo creativo, un pastichero, un mezclador de géneros y, en resumen, un fabricante de monstruos.

Ryan fue el único (hasta donde sabemos) de los autores de bolsilibros que utilizó el (ahora, y en realidad desde los años 30) manido recurso de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft en sus novelas: en Sombras del caos (Héroes del Espacio nº 213, octubre de 1984; recientemente reeditada en la revista Delirio nº9; buscadla) es una historia de terror en el espacio, ambientada en uno de esos planetas por donde andaban sueltos los Primigenios, y en sus historias de espada y brujería no faltaban las alusiones a las Tierra del Sueño del Maestro de Providence (o eso me ha parecido ver a mí). Algunas de sus novelas, publicadas dentro de colecciones de ci-fi como la ya citada serie Héroes del Espacio o su único título en La Conquista del Espacio, La criatura de la Luna, son híbridos pasticheros muy recordados por los lectores. La única novela de Lem Ryan en Selección Terror (al margen de la perdida "Katham y las sombras del caos", que se publicó fuera de colección) es una novela negra de detective privado a lo Philip Marlowe pero con transfondo licantrópico. Tengo una tremenda curiosidad por los títulos de Ryan en la colección Doble Juego (thrillers de ambientación deportiva, nada menos), en los que, por lo que él mismo ha contado en alguna ocasión, utilizó personajes recurrentes, cosa muy poco habitual en Bruguera. Su novela en la colección Punto Rojo (policíaca), Frío en el alma, cuenta con un prólogo donde habla de Dashiel Hammett, Sherlock Holmes, Dupin y Poirot... De sus tres únicos westerns, uno de ellos es una novela del género ranchodraculiano y lleva por título Cazadores de Vampiros: Lem siguió la estela de Silver Kane y de Curtis Garland (sobre todo de éste último).
Es autor de treinta y una novelas, la última publicada hace unos años (Nueva Era, Transversal, 2007), que al parecer regresa a la mitología lovecraftiana... igual que La Frati Nigra (que aparecerá en breve).

Como no he tenido tiempo de leer toda la obra (perfectamente abarcable) de Ryan (cuyo pseudónimo es un homenaje a Stanislaw Lem y al actor Ryan O’Neil; vivir para ver...), no puedo entrar en mayores consideraciones.
De momento, estoy buscando estas obras. Y las estoy leyendo.
Y las estoy disfrutando.

TODAS LAS OBRAS DE LEM RYAN

(hasta la fecha)

Y ella le avisó. Ediciones Ceres, colección Héroes del Espacio 123. Agosto de 1982

Vidas sin fin. Ediciones Ceres, colección Héroes del Espacio 133. Noviembre de 1982.

Manos vacías. Ediciones Ceres, colección Doble Juego 44. Enero de 1983.

La muerte es de metal. Ediciones Ceres, colección Héroes del Espacio 154. Marzo de 1983.

La espada de Katham. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 161. Mayo de 1983.

El Ojo de Ukhlan. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 165. Junio de 1983.

La mordedura de la serpiente. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 53. Abril de 1983.

Llámame muerte. Editorial Bruguera, colección Kansas 1305. 1983. 1983.


Historia de un crack. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 58. Mayo de 1983


El león negro. Editorial Bruguera, colección Tam Tam 52. Junio de 1983.

Cazadores de vampiros. Editorial Bruguera, colección California 1400. Marzo de 1983.
(Una novela buscada hasta la saciedad por los aficionados al género ranchodraculiano, que ahora se puede conseguir en el crowdfunding de LA FRATI NIGRA)

La lesión. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 62. Junio de 1983.

La nave maldita. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 170. Agosto de 1983.


La isla de la muerte. Editorial Bruguera, colección Tam Tam 61. Agosto de 1983.


Las zarpas de un gato. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 67. Julio de 1983.

Espada y brujería. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 175. Septiembre de 1983.

La criatura de la luna. Editorial Bruguera, colección Conquista del Espacio 687. Octubre de 1983.

Touché. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 70. Agosto de 1983.


El asesino del césped. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 77. Septiembre de 1983.

La senda de la espada. Editorial Bruguera, colección Doble Juego 83. Octubre de 1983.

Cuando los dioses mueran. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 192. Enero de 1984.

Peor que morir. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 204. Enero de 1984.

La torre de piedra. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 215. Septiembre de 1984.

Sangre bajo la luna. Editorial Bruguera, colección Selección Terror 587. Octubre de 1984.

Sombras del caos. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 213. Octubre de 1984.

El coloso dormido. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 215. Octubre de 1984.

Frío en el alma. Editorial Bruguera, colección Punto Rojo 1158. Octubre de 1984.

Katham y las sombras del caos. Editorial Bruguera,  Selección Terror (número especial fuera de colección). Febrero de 1985. (Una novela prácticamente inencontrable que ahora se puede conseguir en el crowdfunding de LA FRATI NIGRA)

El Señor de Graark. Editorial Bruguera, colección Héroes del Espacio 234. Febrero de 1985.

Violencia en las venas. Editorial Bruguera, colección Bisonte Serie Azul 720. Febrero de 1985.

El cometa sin rumbo. Editorial Bruguera, colección Basureros del Espacio 4. Marzo de 1986.

Nueva Era. Equipo Sirius, colección Transversal. Febrero de 2007.


SI QUIEREN QUE
EXISTA,
(esto es, precómprenla en el crowdfunding)

 


Micro Reseña 74: "Los hombres-peces", Peter Kapra


"Los hombres peces", de Peter Kapra (Pedro Guirao Hernández; Espacio: El Mundo Futuro nº431, Toray, 1968. No sabemos de quién es la portada. Hay reedición en Galaxia 2001 nº39, EASA-Andina, 1976. No sabemos de quién es la portada).



El rico armador Arthur Kreis está en viaje de placer por el Pacífico junto con su ayudante y mano derecha, Don Coleman, su hija Pier y el capitán del barquito (un yate, supongo) Diane, Jack Bronson. Y les pilla una galerna de narices, y el barco se hunde con ellos encerrados en una salita.
La situación, angustiosa, está clara: van a morir aplastados por las paredes del barco que se va al fondo del mar, ahogados por el agua, o bien asfixiados.
Pero no...
Porque resulta que, cuando ya se están desvaneciendo, se abre un boquete en una pared y aparecen unos monstruos estupendos que se los llevan a una especie de balsa salvavidas submarina transparente...
y cuando despiertan, se encuentran en una cárcel de cristal (también submarina y transparente). Y no son los únicos, pues ahí abajo hay otras jaulas: hay un japonés que lleva la friolera de veinte años encerrado, y una pareja de francesas que están allí desde hace dos o tres años, y un también marino de la Armada de Estados Unidos, y alguno más. Y todos ellos son prisioneros de "los crotos", los hombres peces que vinieron a la Tierra hace años procedentes de un planeta acuático; unos alienígenas bastante cabroncetes, muy avanzados tecnológicamente, que tienen en mente la idea de estudiar a fondo a nuestros náufragos, operarse para tener pulmones y no branquias, añadirse unos brazos y unas piernas mecánicos... y conquistar el mundo de la superficie más pronto que tarde.

La novela está bien, es entretenida y aunque no es de tirar cohetes, se deja leer. Las cuestiones de relación lingüística entre aliens y humanos están medianamente bien tratadas (o, por lo menos, se tratan en la novela, cosa que se hecha en falta en otras muchas historias), el ambiente no es el de una simpática "gran evasión" (aunque es una novela "de fugas"), sino uno mucho más claustrofóbico. Y por supuesto, no falta la relación chico/chica entre la hija del magnate y el ayudante guapo, eficiente, valiente, etc. Lo que he expuesto unas líneas más arriba es sólo una breve sinopsis/planteamiento; luego se suceden las aventuras (desventuras), escenas dramáticas, etc.


Cubierta de "Los hombres peces", una aventura
de Jim Kenny, también de Kapra.
Como nota curiosa, quiero señalar que Pedro Guirao/Peter Kapra tiene una obra anterior, también titulada "Los hombres peces" (1967) y que corresponde a una aventura de su personaje Jim Kenny; una obrita que no he tenido ocasión de leer. ¿Se trata de la misma novela? ¿Podrá alguien arrojar luz sobre esta incógnita?
(Por cierto, que este Pedro Guirao fue, en los años 70, autor de un montón de divertidísimos libros ensayísticos de lo ahora llaman "pseudoarqueología", del mismo modo en que Antonio Ribera -autor de "La isla de los hombres peces", novela y película española- escribía sobre ovnis: seguro que tienen ustedes algún ejemplar de Pedro Guirao en casa...)


martes, 27 de agosto de 2013

Micro Reseña 73: "El misterio de la misión Silverton", J. Negri O'Hara



"El misterio de la misión Silverton", de J. Negri O'Hara (José Negri Haro; Luchadores del Espacio nº194, Editorial Valenciana, 1961. Portada de Ibánez).

"El misterio de la misión Silverton" se abre con la siguiente Introducción que reproduzco aquí:
"Es prerrogativa admitida al novelista apoyarse en hechos reales, creando, empero, personajes y situaciones totalmente imaginarios.
Según puede comprobarse en todas las colecciones de periódicos de la época, en el año 1948 descendió un aparato de características desconocidas en el Estado de Colorado (EE. UU.), a 800 kilómetros de Denver.
Fue enviada una comisión integrada por técnicos especializados para observar los restos del misterioso aparato. Poco después, el profesor y geofísico norteamericano, Silas Brown, declaró en la Universidad de Denver que dentro de la cabina de pilotaje se hallaron dieciséis cadáveres de pequeños seres de una constitución física reducida a la proporción de 80 a 90 centímetros de altura.
El aparato volador estaba construido con un metal ligero y brillante, pero muy resistente. Sometido a una caloría de 10.000 grados no acusó alteración alguna. Posteriormente, el público no ha vuelto a recibir noticias sobre el caso.
La narración que sigue se funda, ligeramente, en este hecho".

Después de mucho rastrear internet, no he encontrado rastro del profesor Silas Brown, aunque parece bastante evidente que Negri O'Hara se refiere al incidente de Roswell de 1947 (al que el astronauta Edgar Mitchell, sexto hombre en pisar la Luna, dio crédito).
Da igual. Esta sí que es forma de empezar una novela de ciencia ficción. ¿O no? (Y antes de meternos en harina, sugiero echar un vistazo a este link: es tan sólo una página, unas pocas líneas escritas en inglés, el 22 de marzo de 1950).

James Kent, arqueólogo norteamericano, llega a El Cairo requerido por su colega el profesor Sabahi, que se encarga de los asuntos relacionados con las excavaciones en suelo egipcio. Resulta que hay un inglés llamado Silverton, conocido aventurero y buscador de tesoros, que anda buscando la tumba de no sé qué sacerdote de la Antigüedad, y Sabahi se teme que ese inglés vaya a hacer lo que suelen hacer los ingleses en su tierra: expoliar lo que encuentre. Y para eso (esto me da un poco de risa, la verdad), recurre al especialista yanqui, del que sí se fía. (Pobre Sabahi...)
Kent, que es un tipo realmente íntegro, entra en la misión Silverton como observador (y todo el mundo se da cuenta muy rápidamente de que está trabajando para el gobierno egipcio), y descubre que, en efecto, hay gato encerrado: el tal Silverton ha encontrado algo, un trasto legendario llamado "El Pájaro de Fuego" que, hasta que se demuestre lo contrario, es una nave voladora que se estrelló en la Tierra en tiempos de los faraones... Y para ello, Silverton se ha traído a un supuesto arqueólogo alemán que, en realidad, es un experto en cohetes con un pasado bastante sospechoso...
Y si ustedes quieren saber si la nave estaba tripulada o no, tendrán que leer esta novela, muy divertida, muy correcta, con sus momentos románticos, sus tiroteos, y un par de escenas de mal rollo absoluto...

Muy bien, el señor Negri O'Hara. Muy correcto. Muy agradable. (Lástima que se deje tantos cabos sueltos al final, porque podría llegar algún pastichero ocioso y escribir una continuación de la historia...)

Mi comparación (cogida por los pelos) entre "Después de la hora final" de Van S. Smith (Pascual Enguídanos Usarch) y "El planeta de los simios" de Pierre Boulle desconcertó a algún que otro amigo, como Alfonso Merelo Solá, que señaló que se parecían tanto "como un huevo y una castaña". Ahora, me atrevo a comparar esta novela escrita en 1961 con "Quatermass and the Pit", tercera entrega de la saga cinematográfica del doctor Bernard Quatermass, fechada en 1967 y basada en un serial televisivo escrito por Nigel Kneale y emitido en la televisión británica entre 1958 y 1959. Estas "comparaciones" son, por supuesto, inexactas por mi parte. Se trata, más que de comparaciones, de simples "impresiones" que me han causado las lecturas de estas novelas, y no me parece inadecuado hacerlas constar.

ÍTEM MÁS:
José Carlos Canalda habla sobre José Negri Haro AQUÍ.

lunes, 26 de agosto de 2013

Micro Reseña 72: "Después de la hora final", Van S. Smith


"Después de la hora final", de Van S. Smith (Pascual Enguídanos Usarch; Luchadores del Espacio, 1ª época, nº171, Editorial Valenciana, 1960; portada de Ibáñez. También, firmado como George H. White, en Luchadores del Espacio 2ª época, nº35, Editorial Valenciana, 1975. Misma ilustración de cubierta que la edición anterior).

Una interesante, entretenida, y en algunos momentos algo agobiante novela del autor de "La Saga de los Aznar", de la época en que cambió el pseudónimo de George H. White por el de Van S. Smith.
En el año 1990 (recordemos que la novela se publicó en 1960), un grupo de personas se someten a un experimento de "congelación" (ahora lo llamaríamos criogenización) con la idea de esquivar el más que probable conflicto bélico nuclear que habrá de desatarse a escala global, y despertar quinientos años en el futuro. Lo que pasa es que se pasan un poquito de rosca... concretamente, dos mil y pico años más de lo previsto.
Lo que se encuentran al despertar es un mundo, a priori, desértico y poblado por reptiles mutantes (serpientes de dos cabezas, lagartijas gigantes, etc.), y también por hombres salvajes como el que el ilustrador Ibáñez retrató en la portada (aunque el texto especifica con mucha claridad que esos tipos peludos, caníbales y muy violentos iban desnudos por completo; nada de taparrabos, pues con su propio pelo se cubrían las vergüenzas...)
Las aventurillas de exploración del mundo post-apocalíptico están bastante bien, aunque en realidad la trama de la novela gira en torno a los personajes: el ricachón que financió el experimento y escondió un montón de oro con la intención de seguir siendo un tipo poderoso en el futuro (un tipo despreciable que mantiene su estatus gracias a los dos matones que lleva con él), el guapo ingeniero rubiales enamorado de la joven novia del richachón, los inevitables científicos que están en la historia para explicarnos los pormenores ciencia-ficcioneros y para morir por la causa... Dimes y diretes, enfrentamientos entre machos alfa, llantos femeninos y unas cuantas buenas peleas a mamporrazo entre los "viajeros del tiempo" y también con los monstruos salvajes del futuro, hacen que esta novela sea muy digna de leer: es una versión digna de "El planeta de los simios" de Pierre Boulle (del año 1963; tres años después de "Después de la hora final"), pero sin simios. 

A todo esto, y como nota personal, debo añadir que esta novelita era una asignatura pendiente de servidor, pues la segunda edición de "Después de la hora final" estaba (y está) en casa de mis señores padres desde que yo recuerdo, y no la había leído hasta ahora, a pesar de que la cubierta ejercía un extrañísimo hechizo sobre mí...
Me siento satisfecho.

(La reseña de José Carlos Canalda Cámara (realizada en 1998) de esta misma novela, AQUÍ).


viernes, 23 de agosto de 2013

Micro Reseña 71: "La noche de los polimorfos", Johnny Garland


"La noche de los polimorfos", de Johnny Garland (Juan Gallardo Muñoz; Espacio: El Mundo Futuro nº306, Toray, 1963. Portada de Piles. Hay otra edición en Terror nº265, EASA-Andina, 1982. No sabemos de quién es la portada).

Si hasta ahora servidor de ustedes decía que la marca de fábrica o, si lo prefieren, el registro de Johnny Garland en la colección Espacio de Toray era el hibridaje entre serie negra y ciencia ficción, hoy tengo que cerrar el pico y señalar esta excepción (que quizá no lo sea: admito mi ignorancia y mi afición a las teorías improvisadas).
"La noche de los polimorfos" se abre con un aviso de la invasión que va a sufrir la Tierra en una sola noche, y comienza con un diálogo de besugos, de tono supuestamente humorístico, entre un humano que está pescando en el río y un polimorfo amabilísimo, simpatiquísimo, encantador (en realidad, a mí me ha parecido empalagoso y estúpido) que avisa al señor John Smith (sí, John Smith) de que durante el transcurso de una sola noche, los extraterrestres polimorfos sustituirán a millones de terrícolas e invadirán el planeta. Cosa que John Smith se toma con resignación cristiana, sin dramatismo alguno.
Esto, claro, nos lleva por enésima vez a "La invasión de los ladrones de cuerpos"... pero por desgracia, esta no es una nueva revisión de Juan Gallardo de la historia de Jack Finney, que el autor conoció no por la novela, sino por una revista inglesa donde se hablaba de la película; Garland hizo su propia versión de la historia en su primera incursión en el terreno de la ci-fi, "Invasores de la Tierra", número 71 de Espacio, Toray, 1957, novela que ni tenemos ni hemos leído. Pero no somos adivinos: ver el artículo de José Carlos Canalda que enlazamos. (Debemos añadir que las revisitaciones del clásico de Finney, o más bien de los diversos filmes relacionados con la película, son legión en el Planeta Bolsilibro: por aquí dejamos constancia de los acercamientos de Lem Ryan en "Peor que morir" o el de Alan Parker en "¡Pesadilla!", ambos pastiches muy meritorios. Algo de los ultracuerpos hay también en otras novelas de Garland que hemos micro reseñado por aquí, como "Capitán Átomo" y "Horror llovido del cielo").
Volviendo a nuestra novela, los derroteros que toma la historia, por desgracia, no son los de los horrores desencadenados por los polimórficos ultracuerpos, sino que "profundiza" (ejem) en la amistad entre Smith y Zirky, el polimorfo. (Sí, se llama Zirky. Es amable y simpático -ya lo habíamos dicho; Garland también- aunque piense absorber al humano). De hecho, se teletransportan al planeta de Zirky para comprobar que una invasión de plantas carnívoras y fango inteligente está destruyendo a la especie de Zirky, y ese es el motivo de que estos pobres bicho tengan que invadir la Tierra. Qué pena, penita, pena... Zirky y Smith se hacen tan amigotes que el humano le presenta a su novia, Lena (que no duda por un instante de la veracidad de la invasión y que, con lógica, no lleva bien la resignación cristiana de su chico).
Y bueno, de repente y sin venir al caso, empiezan a aparecer plantas de esas y fango mortal en la Tierra... así que ya no hay motivo para una invasión, ¿no? De modo que Smith piensa en la solución: ir con Zirky (y con la chica) hasta el planeta de los polimorfos y echar un vistazo al desastre aquel (acababan de volver de allí, pero en fin, viajar por el espacio mola) a ver si se les ocurre algo...
Y la cosa sigue, y sigue, y sigue, despropósito argumental tras despropósito argumental, justificaciones que son más bien excusas y, en fin, un festival de la improvisación que no da buenos resultados.


Terror nº265, EASA-Andinam, 1982.
Una novela extrañísima, disparatada (en el mal sentido) y, sinceramente, aburrida. No me sorprendería averiguar que el gran Juan Gallardo la escribió en "una noche polimórfica", de un tirón, y sin pensar demasiado en lo que estaba haciendo. En algunos momentos (al principio), llegué a pensar que estaba leyendo una revisión de "Marciano, vete a casa" (1955), y quizá iban por ahí los tiros... pero no. Básicamente, "La noche de los polimorfos" es un tostón que, inexplicablemente, apareció reeditado en 1982 en la colección Terror de EASA-Andina, con una portada que sugiere acción a raudales y horrores sin cuento... menuda decepción para el lector.

jueves, 22 de agosto de 2013

Micro Reseña 70: "¡Soy de otro planeta!", de Johnny Garland


"¡Soy de otro planeta!", de Johnny Garland (Juan Gallardo Muñoz; Espacio: El Mundo Futuro nº253, Toray, 1961. Portada de J. Fernández. También en Galaxia 2001 nº306, EASA, 1983. No sabemos de quién es la portada).


¿Por dónde empezar...?
Esta es una de las novelas de la época "Johnny Garland" de Juan Gallardo Muñoz (antes de que "Curtis Garland" naciera), de modo que, ya anticipo, se trata de un cruce entre serie negra y ciencia-ficción (ese era, al parecer, el estilo garlandiano de la época Toray, hemos de suponer que influenciado por la colección S.I.P., Spacial International Police de dicha editorial).
Un científico de Albor ("Saturno" para los terrícolas) decide abandonar su planeta (y a su novia) por medio de un teletransportador de su invención. El motivo es que Albor se encuentra dominado por el tirano Graaw y el bueno de Tazak Lux está hasta las narices de prohibiciones y de malos rollos. Tazak ha localizado un planeta del sistema solar donde hay una civilización estupendísima, regida por unos "Estados Federados Mundiales" donde existe la libertad y el buen rollo por doquier. Como la raza de Tazak es multiforme y se puede adaptar a cualquier medio, no tendrá problemas con la atmósfera rica en oxígeno del planeta Tierra... así que, bye, bye, Albor.
A todo esto, en la Tierra están en el lejano año 2016 (esta novela se escribió y publicó en 1961), y además de ese benigno gobierno mundial, aerocoches, muebles de materiales imposibles que flotan en la sala de estar (porque las patas de las sillas y los sillones molestan), y grandes avances de la comunicación como el televisófono o la estereofotografía son una realidad. Y cuando Tazak llega a la Tierra, todos sus habitantes están pendientes de un evento trascendental: el campeonato mundial de boxeo y la gran pelea por el título entre Dewey Nelson (el mejor boxeador de todos los tiempos y un corazón de oro) y "Puños" Kelsey (el hombre más fuerte del mundo y un pelele de "Papá Boxer", el mafioso más importante de la Tierra).
Los malvados mafiosos intentan amañar la pelea para que Nelson pierda, pero el simpático Dewey no se deja amilanar por "Gafas" Mulligan y sus secuaces, ni por sus amenazas. Así que, en la víspera del combate, los mafiosos drogan bien drogado a Dewey para que no pueda salir al ring y "Puños" Kelsey gane el combate por abandono.
Cuál no será la sorpresa de Papá Boxer cuando vea que al ring sube un Dewey Nelson que, si bien no tiene ni idea de boxeo (pues recibe todos los golpes de Kelsey y no sabe ni moverse, ni nada), logra tumbar a su oponente con un único golpe de hierro... que destroza por cuatro sitios la mandíbula del boxeador mafioso... (Creo que todos sabemos quién es el sustituto de Nelson, ¿verdad?)

Pues con este arranque a lo "Twilight Zone" da comienzo esta novelita protagonizada por un personaje que me ha recordado enormemente (tanto por sus poderes como por su personalidad) a J'onn J'onzz, el Detective Marciano (o Martian Manhunter) de DC Comics, creado en 1955 por Joseph Samachson y Joe Certa. Los paralelismos entre ambos personajes son apabullantes, y lo que más me mosquea no es pensar que Juan Gallardo conociera al personaje (que en realidad, no es más que una variante de Superman), sino que no lo conociera, pues no me consta que las aventuras de Martian Manhunter llegaran a España (de mano de la mexicana Editorial Novaro) hasta fechas posteriores a 1961... aunque es muy posible que yo esté equivocado, claro.
Volviendo a "¡Soy de otro planeta!", si se acercan a esta obra verán ustedes violencia sin cuento, gángsters con armas termonucleares (no son armas para "disuadir", sino para utilizar), policías corruptísimos, bellas damiselas en apuros, héroes en apuros aún mayores (el punto débil de Tazak Lux es el calor extremo; el de J'onn J'onzz es el fuego... ejem), salones de máquinas electrónicas recreativas (muy anteriores al juego "Invaders From Mars"), y un futuro venturoso en el que la gente de Saturno recibe la "nacionalidad terrícola" con cierta facilidad...
Y todo esto, dentro de tres años, amigos...

Desconcertante y muy refrescante novela. La recomiendo.

ÍTEM MÁS: Contra todo pronóstico, las escenas que reflejan las portadas de ambas ediciones APARECEN en la novela...
Y ALGO MÁS: Una curiosidad extraterrestre es que, en DC Comics, allá por los años 80, el guionista Gregg Potter creó a un sosias de J'onn J'onzz, de color rojo, llamado Jemm, Hijo de Saturno... Qué cosas, ¿verdad?)

Y UNA COSA MÁS: Hemos encontrado un pequeño ejemplo de "documentación gráfica" (ejem) bolsilibresca, como la que ya constatamos con la portada de Luis Almazán para la edición de Editorial Astri de la novela "Esfinge cósmica".
En este caso, no sabemos quién es el plagiario, pero su cubierta copia (que no calca) la de J. Fernández para "¡Soy de otro planeta!" (1961): se trata de la portada para "Te haré besar la lona", de Alex Simmons (Enrique Sánchez Pascual; Doble Juego nº64, Bruguera, abril de 1983). La imagen habla por sí misma:

"Documentación gráfica" en la época previa a Internet: un pequeño plagio.